EL Nº 1 EN EL RANKING DE LA VIOLENCIA
WILLIAM
VILLANUEVA
Venezuela
en opinión de muchos expertos observadores del problema de la delincuencia
empieza a puntear el ranking de la violencia en américa latina, lugar que ocupa
con países como México y Colombia, donde los índices se han mantenido
históricamente. En el caso venezolano este flagelo que lacera a la Patria de
Bolívar ha aumentado desmedidamente en los últimos años, lo que nos ubica en
una posición comparable solamente a un país en guerra. Lo peor de esta
situación que estamos viviendo es que sumado a la aplicación del Código
Orgánico Procesal Penal, COPP, las
políticas carcelarias emanadas del Ministerio de Penitenciaria, que desde su
creación dirige Iris Valera, sólo van a
salidas salomónicas como vaciar las cárceles venezolanas, que se han vuelto
incontrolables para el propio gobierno. El Pranato, una nueva expresión del
hampa organizada, con mucho poder, ha acorralado al omnímodo poder chavista
gobernante, a tal punto que se ha convertido en un poder dentro del poder,
traficando internamente armamento, entre estas armas de guerra, drogas, uso de
tecnología, y desde allí urdir una red que les permite salir a la calle, con
beneficios, o entre las sombras de la noche. Esto muy bien lo sabe quienes
dirigen el sistema carcelario venezolano, pero a pesar que intentan depurar,
cada vez es mayor el caos y la corrupción carcelaria. Mientras tantos una ola
de terror sacude al país, nadie escapa a esta “razzia” criminal impuesta por la delincuencia; las víctimas,
venezolanos comunes, ligados al gobierno, artistas, turistas, deportistas,
hijos de Juan Bimba, o hijos de un encopetado, el hampa no respeta posición, ya
está visto; y sí no nos defendemos seguiremos viviendo una larga pesadilla. Sin exagerar y sólo
basándonos en algunas cifras de organismos especializados en observar los
indicadores del auge de la violencia en Latinoamérica lastimosamente vamos
hacia el primer lugar del ranking. Sólo
por mencionar un dato estadístico del terrible drama que vivimos en el año
2001, según la ONG Fundación Fundar,
Venezuela ocupó el segundo lugar entre los tres países con la mayor tasa de
homicidios dolosos,. con 36,9 de cada 100.000 habitantes, superando a México
que tuvo una tasa de 30,8 de cada 100.000 habitantes, a pesar que el país de
los manitos es señalado por su violencia proverbial. Pero para los personeros
gubernamentales venezolanos estas cifras sólo causan risa e hilaridad como si
fuera un chiste. Tal fue la actitud del Ministro Izarra en una entrevista a CNN
en español, se río con unas carcajadas irónicas, pero no mostró las que según
él son las creíbles. Habría que invitarlo a que salga sin escolta alguno por las
calles de Barquisimeto o Caracas de noche, para ver sí le va a causar risa la
zozobra que sentimos todos los venezolanos ante la inseguridad. No es para
reírse el hampa ha socavado la tranquilidad no sólo en el medio urbano en Venezuela; corroe como un
veneno hasta el más apartado rincón de la geografía nacional; no escapan ni lo
pueblos de la provincia; en el área rural se acentúa la delincuencia con el
paso del tiempo. Y es que el elemento
que se hace presente al analizar la situación de inseguridad que nos afecta es una profunda descomposición social que se agrava por la falta de oportunidades en los
sectores juveniles; las misiones del gobierno son paliativos o ayudas que en un
momento solventan a medias la necesidad social existente, pero no atacan el mal
de raíz, el ocio, el desempleo, la falta de futuro. En ello radica que en un buen porcentaje de hechos delictivos están
presentes jóvenes entre 14 y 25 años. Es necesario que se haga una gran
discusión de esta tema inmediatamente, deponer los las posiciones partidistas,
mancomunar esfuerzos en la búsqueda de soluciones en pro de garantizarle a las
futuras generaciones un sociedad sana, humanista, donde impere el respeto por
el otro, es la única forma de ganarle la partida al hampa, que ya se exacerbó con
su ola de crímenes, de lo contrario no quedará sino a cada quien llorar sus
muertos.
*Según
Wikipedia es “homicidio doloso a un
subtipo del delito de homicidio que se caracteriza porque el criminal busca
intencionadamente el resultado de muerte de la víctima”
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