DISCURSO CON MOTIVO DEL BAUTIZO DE CORTE DE APELACIONES
ESCRIBIR PARA SER RECORDADO
Por: Juandemaro Querales
Para el Escritor Leonardo Pereira
Meléndez todos los detalles de la existencia, poseen un correlato en el
lenguaje escrito. Observador enfermizo y orfebre de la palabra ha edificado un santuario a la lengua en el español
hablado en América: Corte de Apelaciones. Vadell Hermanos. Caracas. 2014.
Con este libro paradigmático en
la Literatura Venezolana, un autor y su curiosidad en el trabajo de las ideas,
se plantea varias interrogantes: El compromiso?;La función de la palabra?;
Ayuda a la transición?. Más adelante veremos si sus premisas se cumplen a
cabalidad.
Actor fundamental como pensador y
doctrinario del Derecho, en un país que vive en una encrucijada y no termina de
resolverla; ya que luce atrapado en la amenaza de hundirse en la larga noche de
una satrapía; antesala de la imposición de una Dictadura al mejor estilo
cubano. Como intelectual de la coyuntura sus escarceos con el análisis y la
reflexión lo convierten en una referencia imprescindible de la inteligencia
latinoamericana.
Reunir su obra el Prosa en un
volumen es asunto de gran calibre, su edad intermedia y el desmoronamiento de
la sociedad venezolana; son riesgos que él decide correr. En un país de apuros
y claudicaciones de otros tantos, un escritor que viene de la Provincia
profunda, es de verdad una calamidad para lo establecido.
El regreso a los anacronismos ideológicos de una elite política llegada de sopetón, en
una sociedad acostumbrada a vivir de rémoras y ambigüedades. Unos fracasados
sin inserción en una época de cambios
definitivos, para disfrutar del gran mercado internacional y los favores de
técnica de la información; hacen poco apetecible las disquisiciones de este
mago de la sobrevivencia y la terquedad, que con su dedicación al trabajo de
los códigos impide que una parte del conjunto humano se hunda en el torrente
donde yace la manada Orwelliana.
Prosa fácil –no así floja- bien
trabajada porque de esta manera rinde homenaje al reino castellano carorensi.
Dignos sucesores del Arcipreste de Hita, Góngora y Unamuno. Lugar ideal que ya
figuraba en la aventura de los Welzares,
“El país de la canela” de Juan de Castellanos, también en “El Carnero” de Rodríguez
de Freile; con esa joya de la novela histórica: la vida disipada de lujurias y
placeres de los sentidos de Juanita “la sobrina” y doña Inés de Hinojosa.
Los detalles más nimios de la
pequeña urbe de aspecto Salamanquino en frase de Pereira Meléndez, son motivos
para sus Diálogos. Aristotelismo del pensar caroreño, heredad de ese otro
socrático Don Chío Zubillaga Perera, y su magisterio desde el cuarto
universidad de la esquina de la Bolívar y Ramón Pompilio Oropeza.
También las Estampas para las Antologías
que han de venir . Trabajos sobre el maestro de América Luis Beltrán Guerrero o
el historiador afamado Guillermo Morón.
Sus notas oportunas sobre escritores y poetas en sus años mozos, llenan
el complejo rompecabezas de una ciudad pre-industrial y una regio determinada
del Occidente venezolano; actores fundamentales del quehacer cultural:
verdadero faro para el recomienzo futuro que ya nos atropella.
Noviembre de 2014
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